¿Por qué contratar a un carpintero para colocar tus puertas de paso?
Cambiar las puertas de paso puede parecer una reforma menor, de poco calado. Pero lo cierto es que puede dar más trabajo de lo que parece. Muchas personas caen en la tentación de comprar los kits que se venden en muchas tiendas de bricolaje para cambiar la puerta en un solo paso y creen que todo será coser y cantar. Pero no es tan fácil como parece.
Para empezar, estos kits están realizados en medidas estándar que no siempre encajan con la medida del hueco de la puerta. Una vez que se retira el marco viejo es frecuente encontrarse con la sorpresa de que se había rellenado con madera algún centímetro y que el premarco no tiene una medida estándar. Incluso hay quien se encuentra con que la construcción es tan pésima que carece incluso del premarco.
¿Qué dificultades tiene cambiar una puerta de paso?
Si, como hemos visto, nos encontramos con que la puerta de paso no tiene medidas estándar, lo primero que tenemos que saber es que no podremos usar los kits de montaje de puertas. Pero incluso si podemos hacerlo hay que tener en cuenta que el trabajo tiene que ser muy concienzudo.
Si la puerta no se coloca perfectamente es fácil que no cierre, o bien que cierre durante los primeros días pero poco a poco se vaya cayendo de un lado o deslizando de otro y deje de encajar en el marco. Son problemas que un buen carpintero prevé con facilidad, pero no así alguien que desconoce el oficio.
Cepillar una puerta nueva no es la mejor opción, especialmente si tiene cantos, ya que no es fácil encontrar un canto que sea idéntico al que se va a quitar para pasar el cepillo. Además, la puerta puede acabar deformada y aun así no encajar perfectamente.
La diferencia de un trabajo profesional
Un carpintero profesional se encargará de comprobar si el premarco está bien colocado, algo básico antes de poner una puerta. Si no es así o si el hueco no tiene la medida adecuada, puede colaborar con un albañil para conseguir que todo encaje perfectamente.
El carpintero garantizará que la puerta quede perfectamente colocada y que cierre bien dejándolo todo perfectamente instalado. Así, se conseguirá que la puerta siga en su sitio muchos años abriendo y cerrando sin dar problemas siempre y cuando se le de un uso adecuado.